En un Rosario Vespertino en el cual la Virgen lució sus mejores
galas, nuestra Carmelita se trasladó a Santa Catalina, sede del XIV Congreso de
Hermandades y Cofradías del Carmen de Andalucía y Badajoz.
Texto y fotografías: Jesús Manuel Redondo Alba
Ntra. Patrona llegando a Santa Catalina |
Muchas de las personas con las que pude departir antes de
que la Reina y
Señora de Rute saliera por las puertas de su Santuario me manifestaban estar
despertando de un extraordinario sueño; otras me comentaban que alguien con
capacidad divina había regalado a nuestro Rute un mini traslado en medio del
mes de octubre y otros, por su parte, entre los que me incluyo, pensábamos que
María Santísima del Carmen quería insuflar a sus hijos ruteños una bocanada de
aire fresco en nuestras vidas, con la que aplacar tanta rectitud, tanta
obligación y tanta subrogación a las responsabilidades del día a día en una
sociedad tan exigente como la actual.
Y así fue: llegó esa bocanada de aire fresco en pleno mes de
octubre. Justo cuando nuestra Carmelita sobrepasó el dintel de las puertas de
su Santuario en medio de la atronadora algarabía de las campanas de la espadaña
carmelitana.
No obstante lo anterior, hemos de apuntillar (para ser más
justos), que la bocanada más bien fue en forma de un soplo de aire templado
llegado desde el mar de olivar ruteño en el mes de agosto, en tanto en cuanto
la temperatura del pasado viernes por la noche hizo lo posible para que todo
pareciera un simulacro del traslado de Nuestra Patrona: aunque finalmente acabó
convirtiéndose en un apoteósico traslado en el mes de octubre, en el que el
pueblo de Rute disfrutó de la
Madre de Dios en medio de un gran ambiente de recogimiento y
fervor popular.
Los cantos de los Hermanos de la Aurora, delante de nuestra
Patrona, hacían de alfombra roja a nuestra Patrona con sus canciones: unas
coplas que sonaban a gloria celestial cuando rebotaban en las paredes de la
calle Roldán, para llegar directos a los oídos de Nuestra Madre, que se daba
cuenta que, una vez más, Rute estaba con Ella (como no cansamos de repetirnos).
Vestida de gala de la cabeza a los pies, la Patrona de Rute fue
avanzando entre la multitud que la acompañaba hasta la puerta de Santa
Catalina, contemplando a su paso las colgaduras y los preciosos reposteros que,
para la ocasión, se habían colocado a lo largo del recorrido en una noche de viernes
que quedará para la historia de nuestro pueblo como aquella en la que:
brillaron las estrellas, olió a nardos, sonó la Aurora y nuestra Patrona se trasladó a la parroquia de Santa Catalina
en sublime Rosario Vespertino…
Un mes de agosto resucitado en octubre, EN EL QUE RUTE, DE NUEVO,
¡VOLVIÓ A VIBRAR CONTIGO!
¡VIVA VIRGEN DEL CARMEN!
¡VIVA LA
PATRONA DE RUTE!
¡VIVA LA
MADRE DE DIOS!
¡VIVA SU SANTO ESCAPULARIO!
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