Nuestra Excelsa Patrona vestida para la Cuaresma 2023 |
Hace unos días se presentaba
en nuestra villa el cartel anunciador de la Semana Santa 2023,
pórtico que nos enseña cada año el comienzo de un tiempo cuaresmal
de reconversión, de sacrificio y de oración, en el que la feligresía ruteña
debe prepararse para vivir los días grandes de la Semana Mayor en la que rememoraremos un año más la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Visitar el Santuario de María
Santísima del Carmen (contemplando a nuestra Reina y Señora exquisitamente
vestida para la Cuaresma) amén de servirnos para incitarnos a la oración y la
meditación (atraídos por la divinidad, humildad y belleza de su rostro), debe
ser también para los ruteños motivo de alegría: la de tener una Madre que
durante este tiempo penitencial nos lleva directamente a Jesús que debe ser, por encima de todo, el máximo icono y referencia de nuestra fe.
Una fe que nos ayuda a consolidar
nuestra Carmelita, con esa belleza que desprende actualmente desde el camarín
de su Santuario y que para todos los ruteños significa la gloria que viene
después del sufrimiento, del dolor y de las complicaciones a
las que el desarrollo de nuestro día a día nos deriva. Una esperanza
carmelitana de la que no podemos prescindir en este tiempo cuaresmal y más aún cuando Ella, por sí sola, es la constatación efectiva del Jardín
del Cielo con el que soñamos los ruteños tras la cruz de nuestra vida.
Su presencia, como siempre,
se manifiesta igualmente en este tiempo de Cuaresma con una arrebatadora carga de sencillez, y con la dulzura de esa Madre que nunca nos abandona en esas “múltiples cuaresmas” en las
que cada uno de nosotros nos vemos inmersos.
Su mirada humilde, serena y
llena de bondad, es el imán que los ruteños necesitamos en este tiempo de abstinencia,
reflexión y caridad con los demás para acercarnos al ejemplo de ese su Divino Infante, que entregó su vida como muestra de su amor por todos nosotros, tendiéndonos para
ello su Santo Escapulario en pos de que nos aferremos a él y no nos descolguemos de la exigente carrera hacia la Salvación.
Si la Cuaresma es la
pura y más bella muestra del sacrificio de nuestro Señor Jesús a través de las
bellísimas imágenes de los titulares de las Hermandades de Pasión de nuestra
villa, en el Carmen encontramos en la imagen de nuestra Patrona la gloria que
nos conduce al Domingo de Resurrección: nuestra Madre, la elegida por Dios y la
eterna encargada de la custodia de nuestro corazón.
Una fragancia de primavera
ya se desprende desde Los Barrancos hacia el Hacho y Las Cruces: es la que
procede del frontis supremo de nuestra Carmelita y que convierte en alegría cualquier dolor que nos
confunde.
¡Salve, oh Señora ruteña: Tú que serás por siempre Reina de tierra, de mar y de tu olivar…!
Nuestra más sincera enhorabuena al grupo de Camarería de la Real Archicofradía...
¡Viva
la Virgen del Carmen!
¡Viva
la Patrona de Rute!
¡Viva
la Madre de Dios!
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