El
repique de las campanas de la Parroquia Mayor de Santa Catalina Mártir,
anunciaban el pasado Domingo la salida del Santísimo Sacramento al filo de las once
de la mañana, en una jornada calurosa, sí, pero luminosa como ella sola, acorde
con la grandeza de la importancia y la solemnidad de lo que la villa de Rute
celebraba.
Acompañaban
al Santísimo, las Hermandades y Cofradías de Pasión y Gloria de nuestra villa,
clero, autoridades, niños y niñas de primera comunión y la Banda Municipal de
Música de Rute que, con sus sones, imitando las palabras de San Agustín,
rezaron y cantaron a Jesús Sacramentado durante su recorrido por el centro de
nuestra localidad.
Calle
Portugueses abajo, la brisa que se recibía (y que con su frescura y alivio
parecía proceder del mar de olivares que se atisbaba al fondo y sobre el que
reina nuestra Patrona), amén de aliviar el calor meteorológico, servía para
refrescar el alma e incitar a la oración, en una jornada que, en lo espiritual,
precisamente pretendía promulgar eso.
Tras
el recorrido por la calle Portugueses, el paso del Santísimo abordó con emoción
la subida de la cuesta de Los Barrancos, en un pausado caminar embriagado de emoción
y sentimiento, al ser conocedores que, al final de dicha cuesta, María
Santísima del Carmen, Señora y Patrona de Rute, se encontraba esperando a Jesús
Sacramentado, presidiendo el portentoso y primoroso altar que nuestra Real
Archicofradía había estado planteando hasta altas horas de la madrugada, en pos
de que estuviera listo al paso de la Sagrada Forma por la morada de nuestra
Madre.
Madre
Carmelita que lucía radiante y hermosa, con saya y escapulario de terciopelo de
algodón bordado en oro y capa de tisú de plata con bordados y mantilla de
estilo granadino bordada en hilillo de oro. Tanto nuestra Patrona, como su
Niño, lucían escapularios de plata, marcando la belleza de nuestra Madre su
sencilla pero hermosa corona de estrellas. El Niño, especialmente bello, con
vestido de seda natural bordado en oro y cuentas de cristal, complementado con
zapatitos de croché y potencias de plata sobredorada.
Completó
el altar presidido por nuestra Patrona, la figura del Sagrado Corazón de Jesús
(situado a las plantas del mismo), al encontrarnos a las puertas de la
celebración del Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de
Jesús (1919-2019).
Todo
ello completando una estampa para enmarcar, así como para la historia, en la
cual, los que tuvimos la suerte de compartir al lado de nuestra Madre la
madrugada durante el montaje del altar, no tuvimos más remedio que comparar la
presencia de María Santísima del Carmen a las puertas de su Santuario, con la
de esa “Estrella del alba” que siempre luce sobre esta Villa de Rute (que tanto
la agasaja y la quiere).
Tras
la llegada del Santísimo, las campanas de la espadaña del Santuario elevaron a
la máxima potencia la emoción de ese momento en el cual, nuestra Madre y
Patrona se encontraba con Jesús Sacramentado durante la mañana del Domingo 23
de Junio de 2019, fecha ya que permanecerá para la historia carmelitana como
aquella en la cual los Barrancos del Carmen vibraron con la presencia del
Altísimo.
Mediante
la presente, en nombre de la Junta de Gobierno de nuestra Real Archicofradía,
queremos dar las gracias, en primer lugar, a las personas que colaboraron con
nosotros en el montaje del altar presidido por nuestra Madre y, en segundo
lugar, felicitar a la Comisión de altares y al grupo de Camarería de nuestra
Patrona, por el fantástico altar materializado a las mismas puertas del
Santuario de nuestra Madre que, sin duda, daba alas al alma para rezar desde lo
más profundo de nuestro corazón a Jesús Sacramentado.
¡ALABADO SEA POR SIEMPRE, EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL
ALTAR!
¡VIVA JESÚS SACRAMENTADO!
¡VIVA LA VIRGEN DEL
CARMEN!
¡VIVA LA PATRONA DE RUTE!
¡VIVA LA MADRE DE DIOS!
1 comentario:
Su grandeza nos acompaña cada día en el caminar de la vida
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