
La
Señora y Patrona de Rute luce esplendorosa con
saya y escapulario (de estreno) realizado con tela de shary indio,
bordado enteramente con canutillo color marfil y cristales, combinado con el
manto de tisú de plata y aplicaciones de tisú de oro. Remata dicho maravilloso
frontis el escudo de nuestra Archicofradía repujado en plata.
Completan
la fantástica estampa y atuendo navideño de nuestra Madre, la corona dorada de
doce estrellas sobre velo de aplicaciones de Bruselas y el Divino Infante,
vestido con su traje de brocado azul y plata y zapatillos de croché en hilo de
plata. Toda una delicia para los sentidos y para el alma de los ruteños que, en
estos días de Adviento se acercan a rezar a nuestra Patrona en los días previos
a la Navidad, gracias al magnífico trabajo de camarería de nuestra
Archicofradía.

Que
elevando estos días los ojos a nuestra Madre del Carmen, fijemos nuestra mirada
en esa Estrella que es su Divino Infante en pos de abrir de par en par nuestra
vida a los demás, y de compartir con nuestros seres más queridos y los que más
lo necesiten (tanto en lo espiritual como lo material) la llegada del Verbo
hecho carne que pronto habitará entre nosotros.
De
esta manera, igualmente, daremos sentido a la reciente Coronación Canónica
Pontificia de nuestra Patrona, en una Navidad, la de este año, más que nunca
Coronada por la exultante belleza de la Reina y Señora de Rute.
Que
así sea…
¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!
¡VIVA LA PATRONA DE RUTE!
¡VIVA LA REINA Y SEÑORA!
¡VIVA LA EMPERATRIZ CARMELITANA!
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