LOS DÍAS DE NOVENA RESALTAN LA SUPREMA BELLEZA Y HERMOSURA DE LA PATRONA DE RUTE

Nuestra Señora del Carmen,
Patrona de Rute

  Los días de Novena van pasando y la magia del Día del Carmen va planeando nuestra Villa, a la vez persuadiendo el corazón de los ruteños, ansiosos de estar con su Patrona en la parroquia mayor de Santa Catalina mártir.

  Es la divina empatía que la Reina y Señora de Rute tiene para con sus hijos, a los que ahora tiene la posibilidad de recibir en más número bajo la majestuosidad de los arcos de la ancestral parroquia ruteña.

  Como todos los años, Santa Catalina aparece noche tras noche preñada para arropar a la Emperatriz Carmelitana, extraordinariamente dispuesta en el majestuoso Altar Mayor y desde el cual transmite con sólo mirarla la soberbia, despampanante y sencilla hermosura de su rostro. Recogimiento, oración y reflexión en un marco único que se repite cada año, y que se queda corto en cuanto a tiempo para el disfrute de nuestros sentidos y sentimientos. Y eso pese a que nuestra Carmelita parece detener materialmente el tiempo cuando durante los nueve días de Novena suenan las nueve de la noche en el reloj de lo Alto de la Plaza (como así popularmente lo llamamos los ruteños).

  Para la segunda parte de su Novenario, nuestra Patrona se encuentra preciosamente ataviada por el grupo de Camarería de la Archicofradía con la capa blanca de gala bordada en oro (que lucirá igualmente el día 15 de agosto), el hábito con escapulario donado por D. Valeriano Pérez Pérez, la mantilla antigua dorada regalo en su día de D. Luis Jiménez y la corona dorada de estrellas de 1925.

  Por su parte el Niño de nuestra Carmelita se encuentra engalanado con hábito y capa blanca de carmelita. Completan la fantástica estampa del frontis de nuestra Patrona sendos escapularios de mano de orfebrería en plata sobredorada donados por Dª. Teresa Córdoba Prieto.

  La Novena en honor a nuestra Madre toca su final. Que Ella arrope bajo su manto las peticiones de los hijos ruteños que por estas fechas nos visitan. Después sólo quedará (nada más y nada menos) que el Día del Carmen, ese momento en el que Rute alcanzará de nuevo el más desbocado éxtasis carmelitano.

¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!   

¡VIVA LA PATRONA DE RUTE!