| Ntra. Excelsa Patrona, preciosamente vestida para el mes de Noviembre |
El
próximo 1 de noviembre, la Iglesia Católica celebra la festividad de todos los
santos y, con ella, la memoria de los fieles difuntos al día siguiente, con
la esperanza puesta en nuestra Madre del Carmen, Señora y Patrona de Rute, para que interceda por todas las almas de los que fueron, han sido y jamás serán
(como reza una de las preciosas letras de los Hermanos de la Aurora).
Una
fiesta en la cual los cristianos celebramos con alegría la santidad, y no solo
la de todos los santos canonizados, sino también la de aquellas personas que
con su esfuerzo, espiritualidad, conventualidad, constancia y caridad persiguen
con su perseverancia la fe en Dios para generar una santidad que lleve al mundo
a la pureza y la evangelización.
Como
motor para la consecución de tan escogidos motivos para alcanzar esa santidad
ante Dios, los ruteños tenemos la suerte de tener como Madre a la Santísima
Virgen del Carmen, Reina del Purgatorio y Señora nuestra, en cuya belleza, paz
y sencillez de corazón nos apoyamos los rueños como pilar de nuestra fe para la
consecución de la perfección que nos conduce directamente a Dios.
Y
es que contemplar a la Reina y Señora de Rute en su Santuario, preciosamente
ataviada para el mes de Noviembre y la celebración de su Novena de Ánimas, nos
incita a la paz interior, a la oración por el alma de nuestros fieles difuntos
y a la búsqueda de nuestra excelencia personal a través de la oración.
Nuestra
Centenaria Patrona luce vestido y mangas de terciopelo de algodón con hojilla
en las bocamangas, escapulario del mismo género bordado en canutillo de
oro (con bordado en oro realizado por Samuel de Cervantes y ribeteado de
hojilla). La preciosa mantilla que adorna la hermosura de nuestra Carmelita,
está bordada en seda y acabada en pequeñas puntas de festón. Acompañan el
espectacular frontis de la Soberana ruteña: su corona de plata sobredorada y el
Santo Escapulario de mano de seda bordado en canutillo de oro (el cual le fue
ofrendado en la Salutación a Nuestra Madre el pasado mes de julio).
La
espectacular capa que porta nuestra Madre es de seda natural, bordeada de
hojilla y pequeños cristales de swarovski, mientras que los rosarios (tanto el
de la cintura como el de mano) son de madera procedente del Monte Carmelo.
Completan la actual vestimenta de nuestra Patrona, unos pequeños pendientes de
plata con marquesitas
El
Divino Infante Carmelitano, en manos de su Bendita Madre del Carmelo, al igual
que Ella, espera la visita de sus hijos ruteños con vestido y capa de
terciopelo, potencias de plata sobredorada, sandalias de cuero y un precioso
escapulario de mano escogido del extenso ajuar que atesora nuestra Centenaria
Patrona.
Que
la bendita presencia de Nuestra Señora del Carmen en su Santuario durante el
mes de Noviembre que está a punto de comenzar, nos sirva para afianzar en
nuestros corazones hechos fehacientes de ser fieles a
las virtudes de Cristo, y sepamos disfrutar tanto del recogimiento como del inconmensurable regalo de su impronta, en pos de contagiarnos de su caudaloso
currículum de virtudes.
HERMOSURA,
SANTIDAD Y PUREZA: ¡qué tres grandes virtudes para ensalzar de nuestra
Carmelita su grandeza!
Que así sea...
¡VIVA
LA VIRGEN DEL CARMEN!
¡VIVA
LA PATRONA CENTENARIA DE RUTE!
¡VIVA
LA REINA Y SEÑORA!
¡VIVA LA EMPERATRIZ CARMELITANA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario