Real Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen, Patrona de Rute

Bienvenidos al blog oficial de la Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen, Patrona de Rute. Esta página ha sido creada para ser un punto de encuentro de todos los devotos de la Santísima Virgen del Carmen. Desde aquí intentaremos recoger todo lo concerniente en torno a nuestra Patrona y su Archicofradía, así como las actividades de otras instituciones cercanas como el grupo joven de la Archicofradía 'Iuventus Carmeli'.

Con la ayuda de todos podremos dar a conocer la grandeza de nuestra sagrada Titular.

Sin más:

¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! ¡VIVA LA PATRONA DE RUTE!

martes, 16 de agosto de 2022

COMPRENDIDO, ENTENDIDO Y AFIRMADO: UN PREGÓN DE DON JOAQUÍN MÁS QUE BORDADO…

 


Cuando la tarde parecía cansarse de actuar para ponerse la careta de noche de 14 de Agosto en el Barrio de San Pedro, ya se atisbaba que la jornada carmelitana de víspera del Día Grande de Rute prometía. Y es que a la llegada de la Carmelitana Mayor y su Corte de Honor a la Ermita de San Pedro, todo apuntaba que había ganas de derribar cual castillo de naipes los fantasmas de un pasado que nadie quiere volver a recorrer.

A las ocho y media de la tarde, la Comitiva de nardos, encabezada por el estandarte de la Real Archicofradía y la inconfundible música que nacía de los instrumentos de los Hermanos de la Aurora que lo escoltaban, iniciaba su recorrido desde el corazón del Barrio de San Pedro hacia la Parroquia Mayor de Santa Catalina Mártir de Alejandría.

Formaban el perfumado cortejo de nardos: el grupo Joven de la Real Archicofradía, las Hermandades de Pasión y Gloria de nuestra villa, la Junta de Gobierno de la Real Archicofradía, la Carmelitana Mayor y su Corte de Honor, la Corporación Municipal y los devotos de nuestra Madre que querían participar en el cortejo, en tanto en cuanto, muchos de ellos ya habían ofrecido sus nardos a la Patrona por la mañana en la Parroquia de Santa Catalina Mártir. Cerraba el cortejo la Banda Municipal de Música de Rute que, con su alegría y su incansable música, pintaba de blanco y marrón una esperada y festiva tarde-noche del 14 de Agosto en Rute.

Camino de la Parroquia de Santa Catalina, las coplas de la Aurora que iban surgiendo en cascada de las voces de los que serán para siempre eternos trovadores de la Patrona de Rute, iban creando el ambiente necesario para que el paso de la Comitiva por las calles centrales de la villa, se convirtiera ya en un hervidero de fieles que esperaban la anhelada llegada de la comitiva de nardos a las mismas plantas de la Reina y Señora de Rute.

Ni que decir tiene que la belleza de la Carmelitana Mayor (Cristi Caballero Molina) y su Corte de Honor (Sheila Escamilla Peláez y Nazareth Sánchez Corona) ya venía descontrolada desde la Ermita de San Pedro, y a lo largo de la noche se acabaría de desbordar por completo en el momento de su Coronación: fecha y hora en la que sus nombres se grabarían para siempre con letras de oro en la historia cofrade carmelitana

Pero eso sería después porque antes, en el interior de la Parroquia de Santa Catalina, se estaba gestando una amalgama de rezos, plegarias, versos y alabanzas carmelitanas que, desde luego, iban a poner en firme auténticas verdades como puños que, en forma de tormenta literaria de una noche de verano carmelitana, mojaron de emoción a la villa de Rute.

Esa tormenta, con la magnífica presentación realizada por Mami Garrido (Camarera de nuestra Patrona) al Pregonero, ya vislumbró un fantástico adelanto de la tromba poética que venía detrás de manos de nuestro gran pregonero, el cantillanero D. Joaquín Guerrero Morejón. Y es que la presentación de Mami no pudo ser ni más justa, ni más acertada, ni más perfecta literariamente hablando. Una delicia que no hacía más que acrecentar las ganas de escuchar el tsunami oral que tenía preparado D. Joaquín.

Tras saludar de manera exquisita a todas y cada una de las autoridades presentes en la Parroquia de Santa Catalina Mártir (como si hubiese convivido con ellas desde pequeño) procedió, como no podía ser de otra manera, a dar las gracias a su Presentadora, que más que nunca merecía esa felicitación: no sólo por la magnífica y preparadísima presentación que había realizado, sino también por el incansable trabajo que desarrolla durante todo el año. Todo un aviso adicional de lo que D. Joaquín tenía preparado.

Y así fue, porque cuando el Pregonero de las fiestas entró en profundidad de materia a base de verso trenzado de suprema perfección y tomando como herramienta el nombre de Carmen como Patrona de Rute, la tormenta de sentimientos en forma de lluvia de oraciones y alabanzas a la Carmelita ruteña que se desató en la Parroquia de Santa Catalina, fue de las de aúpa. 

En verdad,  fue realmente descomunal porque con sus palabras, aparte de ser elegante a la hora de describir y otorgar a cada cosa lo que le correspondía, esa tormenta literaria sirvió para insuflar aire fresco al ambiente y dejar paso al inconfundible olor a nardo que emanaba desde el trono de la Patrona.

La exquisitez de sus palabras, no solo fueron consecuencia de tener el detalle de acordarse de ilustres carmelitanos que ya nos dejaron y que lo dieron todo por el Carmen, o de que su pregón fuese estructurado en seis partes y que cada una de ellas empezara por una de las letras de la palabra Carmen, si no por describir de una manera tan excepcional y a base de poesía pura y dura: primero, lo que la Virgen ya significa para Rute (ser su Madre) y, segundo, por explicar y justificar de una manera tan maravillosa el por qué es su Señora y Patrona (las cosas suceden por algo).

A partir de ahí, con una Parroquia de Santa Catalina entregada y con el sentimiento carmelitano descargando con fuerza en el corazón de los asistentes, Don Joaquín hizo el resto: rematar la faena tomando el nombre de Carmen por bandera y el de Rute por estandarte de su nombre para describir de la manera más sublime posible un matrimonio perfecto y que se prevé indisoluble por los siglos de los siglos (siempre Carmen, siempre Rute y siempre Patrona). Que más da el orden de los factores si nunca alterará el resultado final.

Finalizada la tormenta, no quedaba más remedio que achicar agua de emoción en forma de lágrimas entre los asistentes tirando de aplauso (lo que se tenía a mano en ese momento), con el fin de agradecer a un cantillanero con merecimiento de empadronamiento en Rute, haber conseguido elevar a gloria "asuncionista" la más evidente realidad carmelitana. Comprendido, entendido y afirmado: ¡un pregón más que bordado!

Tras el magnífico pregón de D. Joaquín, la continuidad de la fiesta sirvió para que ésta tuviera como protagonista el premio a la belleza, paciencia y espera en forma de Coronación de la Carmelitana Mayor y su Corte de honor, celebrada en el bellísimo entorno del Parque que lleva el nombre de la Señora y Patrona de Rute.

Allí, la Carmelina Mayor y su Corte de Honor, entronizadas en el fantástico escenario adornado por la Real Archicofradía (las tres bellísimas, exultantes y escoltadas por sus familias), fueron coronadas para siempre como jóvenes hijas predilectas de nuestra Madre del Carmen y como modelo del amor de un pueblo a su Patrona.

El disparo de una colección de fuegos artificiales a las doce la noche, sirvió tanto para anunciar que ya era Día del Carmen, como para advertir el final de una tormenta de delicias carmelitanas que ojalá, Carmela: "¡siempre en ti recaiga!"

 

¡Viva la Virgen del Carmen!

¡Viva la Patrona de Rute!

¡Viva la Reina y Señora!

¡Viva la Emperatriz Carmelitana!























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