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La Patrona de Rute, vestida para el inminente inicio de la Cuaresma 2025 |
Celebrados ya los cultos conmemorativos del CI Aniversario del Patronazgo de Nuestra Señora del Carmen sobre la villa de Rute, en apenas dos semanas, nos encontraremos de lleno con la Cuaresma, tiempo de oración, penitencia y caridad, que este año viene además motivado en sus anteriores pretensiones por el Jubileo de la Esperanza declarado por la Santa Sede para el Año 2025.
Si en el triduo conmemorativo del Patronazgo de nuestra Carmelita contemplábamos a nuestra Madre llena de hermosura y con sus mejores galas, admirarla ahora desde la reja de su Santuario ataviada con hábito de labor de trepas, con su capa de sarga y su mantilla blanca de encaje, nos incita a imitar su serenidad y su más personificada hermosura. El pecherín que luce es de hojilla, mientras que la corona, el cetro y la media luna de plata que la adornan, catapultan aún más hacia la perfección su infinita pureza.
El Divino Infante Carmelitano, luce un fantástico vestido de terciopelo morado, tonalidad acorde con el tiempo cuaresmal que se nos viene, completando la bendita presencia con la que luce en manos de la Virgen las potencias y el escapulario de plata. Todo un derroche de belleza sin igual del de nuestra Excelsa Madre, en pos de repartir su gracia a los ruteños desde el infinito Jardín de Cielo de su Santuario.
Mediante la presente entrada de nuestra web, queremos expresar nuestra más sincera enhorabuena al grupo de camarería de la Real Archicofradía, por la exquisita elegancia con la que se nos muestra actualmente nuestra Madre y Patrona.
La cuaresma, tan
importante para la iglesia, se nos ofrece como una invitación directa a
ralentizar el ritmo de nuestra vida, analizar nuestra mentalidad y
convertirnos, misión esta última a la que nos invita además la Santa Sede en el
Año Jubilar de la Esperanza del que disfrutamos, y que prácticamente es
continuación del maravilloso Año Jubilar Carmelitano celebrado recientemente
con motivo del Centenario del Patronazgo de Nuestra Madre.
La oración, debe ser en
este tiempo cuaresmal un elemento vehicular imprescindible para poder
comunicarnos directamente con el Padre, arraigándola en su ejecución a lo más
profundo de nuestro corazón, pues solo de esta manera encontraremos por
nosotros mismos los caminos por los cuales llegar a Dios.
Para recorrer ese
camino de oración y convertirnos en verdaderos “Peregrinos de la
Esperanza” en este tiempo cuaresmal y jubilar, tenemos la suerte de contar con nuestra
Carmelita, que desde su Santuario, nos espera para orar con nosotros tras su
reja, ofreciéndonos su Santo Escapulario y llevarnos de la mano a Jesús.
Que la Santísima Virgen
del Carmen, con la infinita belleza y bondad con la que se nos ofrece cada día
desde su Santuario, sepa iluminar en nosotros la verdad, la fraternidad, la
humildad y la conversión, pues no hay mayor consuelo ni dicha que tenerla a
Ella como esperanza de Salvación.
Que así sea…
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