En
la mañana del día de hoy, conocíamos la triste noticia del fallecimiento de D. LUIS JIMÉNEZ TIRADO, gran devoto de nuestra Bendita Patrona, a la cual dedicó y consagró prácticamente toda su vida, en esa loable y encomiable intención de poner
siempre su granito de arena para que el nombre de la Reina y Señora de Rute
siguiese creciendo en nuestra villa.
En
nombre de la Junta de Gobierno de nuestra Real Archicofradía, queremos
transmitir a la familia Jiménez Roldán nuestro más sentido pésame por tan
sensible pérdida en esta nuestra gran familia carmelitana ruteña, en tanto en
cuanto, D. Luis, deja un hueco difícil de llenar en lo que al fervor a nuestra
querida Carmelita se refiere.
Carmelitano incansable e inagotable, amén de haber sido Hermano Mayor de nuestra Patrona y de haber participado en varias juntas de gobierno de nuestra Real Archicofradía (durante las cuales trabajó y colaboró entregándose al máximo por nuestra Excelsa Madre Celestial), nunca desperdició ni un solo momento de su vida para expresar el orgullo de ser devoto de María bajo su advocación del Monte Carmelo.
Siempre lo recordaremos los que lo queríamos en la puerta del Santuario de nuestra Patrona o a las mismas puertas de Santa Catalina el Día del Carmen, embriagado de emoción y lágrimas en la salida de su Carmelita, desbordado por la magia devocional del momento y superado por la inmensa alegría que para su persona suponía ser carmelitano.
Alegría
devocional que ha sabido transmitir a sus hijos y nietos, por los que siempre
seguirá velando desde el privilegiado sitio que nuestra Bendita Patrona le tiene guardado al lado de su esposa Dolores, en ese idílico Jardín de Cielo al que añoraba llegar al
final de sus días.
Lo despedimos con la misma tristeza que tuvimos que decir adiós en los últimos meses a: Dª. Dolores López, D. Alfonso Quevedo, Dª. Teresa Córdoba y D. Loreto Garrido, con los que compartió igualmente momentos más que vibrantes al lado de nuestra Madre, el que más, el haber tenido la suerte de vivir de lleno la Coronación Canónica Pontificia de María Santísima del Carmen (de la que fue miembro honorífico de su Comisión).
Estamos
seguros que al final de ese viaje, cuando se encuentre cara a cara con nuestra
Patrona, podrá contemplar de lleno la claridad de luna del hermoso rostro de la
Madre de Dios, así como la grandeza de esa Nave de Gracia que es María, que lo
estará esperando a la entrada del Cielo (Escapulario en mano) para guiarlo a la
presencia del Altísimo.
Te
marchas con el privilegio que supone haber sido nombrado en vida Mayordomo de Honor de nuestra Patrona (junto a Loreto Garrido y Alfonso Quevedo), y con la suerte de poder disfrutar de dicho cargo en la vida eterna al lado de tu querida Carmelita
y de tu esposa Dolores.
La
noche, que está llena de estrellas carmelitanas, desde hoy, tiene una luz más
que brilla desde el Cielo.
Buen
viaje, Luis….
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