“…Y los pastorcillos en la Navidad,
le regalan al Niño chiquito
que está en el portal:
del huerto la hoja,
del campo el laurel…
Y hasta cantarillos de arrope y meloja,
de arrope y meloja, de menta y de miel.
Ya le llevan al Rey de los Cielos
mantillas, pañuelos, fajita y corsé;
porque vienen los fríos de Enero,
y está casi en cueros
El Niño Manuel".
Al Rey de los Cielos (Villancico
popular)

Tiempo entrañable en el que recibimos a
Jesús, al que debemos acoger tomando como ejemplo las maravillosas e
inigualables virtudes de nuestra Carmelita: sobre todo su humildad y sencillez.
La Navidad, debe constituir para todos los
cristianos ruteños unas fechas entrañables en las que nuestro corazón -de una
vez por todas- sepa decir sí a Jesús, tal y como hizo María (poniendo su vida
al servicio de Jesús). Así lo refleja D. Luis Alfredo Díaz de los Britos (cantautor
sudamericano) en una de sus canciones más emotivas dirigidas a la Madre de
Dios:
“Quiero decir que sí, como Tú, María,
como Tú un día, como Tú, María;
Quiero decir que sí, quiero decir que si,
Quiero decir que sí, quiero decir que sí…
Quiero entregarme a Él, como Tú, María,
como Tú, un día, como Tú, María;
quiero entregarme a Él, quiero entregarme a Él,
Quiero entregarme a Él, quiero entregarme a Él… “
La Santísima Virgen del Carmen, que nos
recibe estos días en la Bendita Morada de su Santuario (vestido de luz y
fantasía gracias al maravilloso Belén realizado por nuestra Real Archicofradía
y por la vistosa decoración de pascueros que lo viste de gloria ante la
inminente llegada del Salvador), nos tiende su Santo Escapulario para
seducirnos y llevarnos ante Jesús (que ha nacido en un pesebre) para que lo
abriguemos con nuestras oraciones e intenciones de solidaridad, amor y entrega
a los demás.

“La noche de Nochebuena” en nuestra Villa,
pronto se pondrá clara gracias a la luz eterna que los ojos de nuestra
Carmelita dirigen a su pueblo, estampa que magistralmente supo inmortalizar A.
Repiso en 1997 (en la pintura que muestra a nuestra Patrona en su talla,
con el Divino Infante en sus brazos y con Rute al fondo) y que este año,
nuestra Real Archicofradía, ha elegido acertadamente como motivo principal para
su crisma de felicitación navideña.
Todo un derroche de hermosura, serenidad,
amor y ternura la de Nuestra Madre que, desde hace más de tres siglos, ejerce
como Abogada de nuestras almas y como consoladora de nuestros desvelos,
problemas y debilidades.
Miedos y temeridades, ruteños, que esta
noche quedan a un lado: ¡porque llegó Navidad…!
Que así sea…
¡Viva la Virgen del
Carmen!
¡Viva su Divino Infante!
¡Viva el Pastorcillo
Divino!
¡Viva Nuestra Madre y
Patrona!
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