María Santísima del Carmen, con un
exorno floral espectacular y una estética de trono impecable, recorrió las
calles de Rute congregando a sus plantas a cientos de devotos que la aclamaron.
Texto: Jesús Manuel Redondo Alba.
Imágenes
y vídeos: Producciones Alambique | Radio Rute-Medios de Comunicación Municipales | Jesús Ruiz Jiménez "Gitanito" |
Julián Rey Jiménez | Esteban Alba Jiménez | Sergio Carvajal Roldán |
Carlos Caballero Granados |
Óscar Gómez Ruiz | Lucía López Llamas.
Castillo de fuegos artificiales junto a la Patrona |
Y es que ese cortejo procesional parecía resistirse
a su formación, en tanto en cuanto las hermandades y cofradías, instituciones y
Junta de Gobierno no querían dejar de inmortalizar junto a la Virgen mediante fotografía
o vídeo el desfile procesional de 2015 desde dentro de la parroquia.
Pero cuando el reloj de lo alto de la Plaza -el reloj de su plaza
que, como Ella, manda en Rute- empezó a dar las nueve campanadas de las nueve
de la noche, la protagonista ya fue solo Ella: la Virgen, con dos mecidas y
unas cuantas miradas, organizó en un abrir y cerrar de ojos el larguísimo
cortejo que la escoltaría durante toda la noche de su Día del Carmen.
Comisión Pro-Coronación Canónica, Hermandades y
Cofradías de la villa y sus aldeas, Carmelitana Mayor y corte de honor
(radiantes de hermosura, como nuestra Patrona), autoridades civiles
(Ayuntamiento al completo) y eclesiásticas y un pregonero exultante de alegría
y satisfacción la llevarían en volandas con sus miradas de fervor durante todo
el recorrido, sin dejarla sola ni un solo instante.
Calle del Pilar arriba, en ese camino hacia el
Barrio Alto buscando las Estrellas del Hacho Carmelitano ruteño. La parada de
rigor para escuchar la Salve
a la altura del Casino de Rute sirvió para que el cortejo se consolidara y
entrara en la calle Priego. Una calle del Pilar que estaba atestada de gente y
por la que nuestra Patrona lució realmente hermosa, orgullosa de ser Reina y
Señora de un pueblo que la idolatra y la adorará siempre.
Cuando la
Virgen llegó a la altura de la calle Del Señor, sus fieles
del Llano ya la estaban esperando para secar las posibles gotas de sudor que
por el rostro de la Patrona
ruteña pudieran estar cayendo tras subir la calle Priego. No obstante, el
viento de la noche del Día del Carmen, que durante todo el recorrido acarició
los guardabrisas de los candelabros del trono de palio de la Patrona, se encargó
también de refrescar el bendito rostro de Cielo y jazmín de la Virgen.
Fue entonces cuando las campanas de la parroquia de
San Francisco de Asís empezaron a botar de alegría una vez que vieron a la Patrona de Rute asomarse
por la calle Del Señor: la
Patrona de Rute ya estaba con sus hijos ruteños del Barrio
Alto, a los que quiere con locura, al igual que ellos aman a nuestra Carmelita
a rabiar desde lo más profundo de su corazón. Pues, como mi amigo Javier
Córdoba refería en su gran pregón: “debajo
del manto de nuestra Carmelita cabemos todos”.
Allí, en el Llano, una vez más, la Patrona de Rute llegó a
las mismas plantas de la Virgen
de la Cabeza
para, en un emotivo alma con alma y corazón con corazón, repartir bendiciones a
diestro y siniestro y departir un rato entre oraciones con sus hijos
“barribalteños”. La Patrona
se estaba mirando en un espejo, y su reflejo era nuestra Virgen Morenita…
Especialmente hermoso resultó el paso de la Virgen por la calle Fresno,
entre otras cosas porque ésta última es hermosa de por sí, y porque la
considero como una verdadera autopista hacia las alturas de la Sierra de Rute, el lugar
donde esa noche habitaban las Estrellas del Monte Carmelitano Ruteño. Sin duda
alguna, la calle Fresno lució espectacular durante el paso de la Patrona.
Tras ella, la Patrona de Rute siguió avanzando Cerro abajo
agarrada por sus hijos, que con mimo parecían sujetar un poco su trono desde
las peanas para que la Señora
no resbalase. Y no lo hacen solo el día 15 de agosto, pues durante todo el año,
día tras día, con su sentimiento, los vecinos del Cerro buscan la espadaña del
Carmen para mandar una oración a nuestra Carmelita, pues precisamente las
vistas del Carmen desde este lugar de Rute son, en verdad, espectaculares.
Trono de palio de la Reina y Señora |
Fue entonces cuando las estruendosas salvas del
parque recordaron a la gente que la
Virgen se acercaba a su parque, a su Paraíso, a ese idílico
lugar que un día su pueblo, y por unanimidad, le escrituró como suyo en una
muestra más de fervor y amor por Ella. Por algo es la Señora y Patrona de todos
los ruteños.
Tras la
Salve y el Himno, la Virgen decidió este año que se estaba
especialmente a gusto en el parque. ¿Para qué correr tanto si la compañía de
todos sus hijos ruteños era tan consoladora? Y así fue, veinte minutos más que
el Altísimo, en un pliego de descargo celestial, concedió a María Santísima
para que sus devotos la elevaran directamente al Cielo con una soberbia
colección de fuegos artificiales firmados por Pirotecnia Zaragozana.
Ya con la
Virgen en el Cielo, lo único que faltaba era que los ruteños
la pasearan por Él. Dicho y hecho, pues para eso está la plaza de Nuestra
Señora del Carmen, junto a su Ayuntamiento, para que sus Hermanos de Varal le
dieran un auténtico paseo triunfal por las nubes a base de los acordes de
gloria que la agrupación musical Ntro. Padre Jesús Despojado fabricó en un
apartado del Paraíso de la calle Toledo. Después, fue la banda municipal la que
acarició el pelo de nuestra Patrona con su música. Música que año tras año
nuestra querida banda regala a nuestra Carmelita al paso por su plaza.
La
Virgen, que
se había quedado adormecida por la satisfacción de ver a sus hijos abarrotando
su plaza, poco tardaría en despertarse, pues los acordes de “Reina y Señora”
empezaron a oírse tras su paso en la calle Toledo. Algo así como si un pelotón
de ángeles y arcángeles celestiales con bocinas que consiguen el milagro de
todos los años: que la Virgen
vaya flotando rodeada de sus hijos en el espectacular paso por la calle Toledo.
Es el momento en el que miras a los ojos a la Virgen y piensas interiormente: realmente es
Señora y Patrona de Rute.
Pero como de todo sueño se despierta, las campanas
de la espadaña del Santuario de Nuestra Patrona fueron las encargadas de
devolvernos a los ruteños a la tierra, quedando nuestra Carmelita en el Cielo,
en el lugar donde sus hijos la habíamos puesto durante el desfile procesional.
Ya luce en su Santuario, donde no le faltará la
visita de todos sus hijos ruteños durante todo el año tras su reja, en un acto
que no es más que la prolongación de sus fiestas: en este caso unas Fiestas
Patronales personales, en las que cada uno de nosotros decimos un ¡viva la
virgen del Carmen! individual, y que sirven para hacer más grande a nuestra
querida y adorada Carmelita.
Se llama María, se apellida Carmen
y, para Gloria nuestra, será por siempre Patrona de Rute…
Siempre Carmen. Siempre Patrona.
Que así sea…
¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!
¡VIVA LA PATRONA DE RUTE!
¡VIVA LA REINA Y SEÑORA!
¡VIVA EL ORGULLO DE NUESTRO PUEBLO!
¡VIVA LA EMPERATRIZ RUTEÑA!
¡VIVA LA REINA ENTRE OLIVARES!
¡VIVA EL 15 DE AGOSTO!
¡VIVA LA MADRE DE DIOS!
*Producciones Alambique
*Jesús Ruiz Jiménez "Gitanito"
*Óscar Gómez Ruiz
*Sergio Carvajal Roldán
*Lucía López Llamas
*Carlos Caballero Granados
*Julián Rey Jiménez
*Jesús Manuel Redondo Alba
*Esteban Alba Jiménez y devotos anónimos
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