La gélida mañana del domingo
contrastó con la cálida presencia del Mesías Carmelitano por las calles de
nuestra Villa.
Texto: Jesús Manuel Redondo Alba
Imágenes: Julián Rey Jiménez
Al filo de las 12:45 horas de la tarde, las
alborotadas campanas del Santuario de Nuestra Patrona bailaban de alegría ante
la inminente presencia del Niño Jesús en la calle Toledo. Lo que no pudieron
espantar esas campanas que sonaron a Gloria de Recién Nacido fueron las nubes
que merodearon durante toda la mañana el “Muelle de los Barrancos”, y que como
brisa de Navidad besaban las mejillas del Niño Carmelitano, cual ungüento
angelical de amor y aroma olivarero de mediodía ruteño.
En tierra, sin embargo, postrado en su hermoso pero
sencillo trono procesional, Jesús, ese Fruto Bendito del vientre de María, que
aportaba el calor de la mañana a esas almas y corazones carmelitas (con la
juventud como virtud) que componen el entregado grupo de componentes del Iuventus Carmeli.
Detrás del Niño (esplendoroso, radiante y señorial
tras su fantástica restauración), la música de Nuestra Patrona señalaba el
ritmo de los primeros pasos de “San Juanito”, al que su Madre, Reina y Señora
de Rute, parecía querer enseñar a andar desde el camarín de su morada.
Trono de parihuelas flanqueado con hachones y flor
de pascua componían el exorno del paso de Jesús, con mano derecha hacia arriba,
mostrándonos la dirección hacia el Faro
de Rute, el de la Patrona,
ese que no debemos perder de vista en nuestra vida si queremos entrar de lleno
en la Eterna
prometida.
Desde estas líneas agradecemos encarecidamente a los
grupos jóvenes de las cofradías y hermandades de la Soledad, Borriquita, Jesús
de la Rosa y Cabeza
su asistencia a nuestra procesión, porque con ella, además de hacer un
maravilloso altar a la Navidad
y a la palabra unión, demostraron que Rute está compuesto por un maravilloso
número de Hijos de Dios, a los que se suele llamar entre familia: ¡Hermanos!
Queridos cofrades componentes del Iuventus Carmeli:
enhorabuena por vuestra labor callada, desinteresada, dinámica y llena de
ilusión que realizáis, que no hace sino engrandecer el nombre de nuestra
Carmelita y su Santo Escapulario. Que la Santísima Patrona
de Rute os cobije bajo su manto y proteja vuestras vidas y la de vuestras
familias en pos de seguir confiando en vosotros un trocito de la evangelización
y de la unión de nuestro pueblo.
Que Dios os bendiga.
¡VIVA EL DIVINO PASTORCILLO!
¡VIVA LA PATRONA DE RUTE!
¡VIVA LA MADRE DE DIOS!
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