En Rute tenemos la inmensa suerte de celebrar por partida doble un día entrañable y especial como pocos: Día del Carmen, que para la inmensa mayoría del orbe católico se celebra el 16 de julio, y en nuestra localidad se celebra un més después. Si en la fiesta litúrgica somos nosotros los que desfilamos a sus plantas para besar sus manos, es en el 15 de agosto cuando Ella nos devuelve tantas visitas paseándose entre nosotros y embriagándolo todo con su característico aroma a narzo y jazmín.
Si en algo nos caracterizamos los carmelitas es en la devoción callada, sencilla y sincera hacia la Madre de Dios, bajo la advocación del Monte Carmelo. El fervor respetuoso siempre ha sido nuestro santo y seña, del que hacemos gala en los cultos que dedicamos a nuestra Titular y a lo largo del año. Disfrutemos todos de este enorme día junto a Ella como siempre lo hemos hecho, alumbrando o dedicándole vítores, y haciendo partícipes de nuestro regocijo a ruteños y visitantes.
Nuestra Virgen del Carmen es el mejor espejo donde mirarnos, siempre vela por nosotros y en este día es nuestro deber hacer una manifestación pública de nuestra devoción por Ella como intercesora que es ante Dios. Intentemos vivir esta jornada con una felicidad plena por tener a la Madre de los ruteños entre nosotros. El 16 de agosto tendremos tiempo de volver a nuestra devoción diaria. Hasta entonces, digamos al todo el mundo que estamos llenos de alegría porque Rute está en fiestas. Rute está celebrando las fiestas de su Señora y Patrona.
¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!
¡VIVA NUESTRA PATRONA!
¡VIVA EL ORGULLO DE NUESTRO PUEBLO!
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